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viernes, 29 de julio de 2011
HISTORIA DE PANCHO FIERRO
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Viva el Perú y Sereno - Acuarelas Pancho Fierro
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CURSO DE MASCARAS VENECIANAS
No sé si a ustedes les pasa lo mismo que a mi con las máscaras, pero pocos objetos me resultan tan fascinantes. Y no me refiero sólo la las típicas venecianas como las de la foto, sino a máscaras de todo tipo y procedencia: africanas, mexicanas, egipcias etc., tienen un encanto propio e impresionante
La clave es el molde, y para eso vamos a utilizar nuestra propia cara. No se asusten que es muy simple. Los materiales para el molde son: plastilina, vaselina líquida y yeso. Trabajamos la plastilina de modo que esté blanda y formamos una bola de tamaño importante. Luego de lavarnos muy bien el rostro, lo cubrimos con una capa de vaselina, con mucho cuidado especialmente en la zona de los ojos. Inmediatamente ajustamos la plastilina firmemente contra nuestra cara, hasta que quede moldeado. Retiramos con cuidado. Una forma simple de hacerlo es sobre una mesa e inclinarnos, de modo que simplemente al retirar nuestro rostro no necesitamos tocar la plastilina. Llenamos ese molde de plastilina con el yeso y dejamos secar.Una vez que tenemos listo el molde de yeso, lo pincelamos con vaselina y ahora sí aplicamos el papel maché, 4 capas. Algo muy interesante es hacerle aplicaciones. Para eso, una vez que pusimos la última capa, pincelamos con pegamento al agua y ahí agregamos la brillantina, las plumas o lo que se nos ocurra. Ya podemos pintarla, de preferencia con pintura acrílica. Como siempre, si damos una última mano con barniz la terminación es más prolija.
El molde de yeso que nos quedó, lo podemos reutilizar haciendo otro tipo de máscaras o antifaces.
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sábado, 23 de julio de 2011
PALOMA PRISIONERA ( Inspirado en el cuadro de Picasso "El niño del pichón"
(Inspirado en el cuadro “El niño del pichón”
de Pablo Picasso)
PALOMA PRISIONERA
*
Tenía la muchacha
apenas estrenada la sonrisa,
el alba despuntando por su pecho
y un jardín inundado de verano
para esconder el beso primero de su boca.
*
Tenía
casi todo el camino por andar,
envuelta la existencia
en hermosos papeles de regalo,
y una llamita niña entibiando latidos
en donde el corazón madura
el sentimiento del amor.
Era la viva imagen del futuro,
subida en los primeros zapatos de tacón,
reciente su peinado de mujer,
y los labios granados por un rojo carmín.
*
Los pájaros, conversos en ceniza,
cayeron uno a uno,
y la gama de grises más completa
vino a ocupar los huecos de todas las ventanas.
*
Apenas pudo darle un sorbo
al licor dulce de la vida.
La muerte fue capricho de una bomba.
*
Aquel día la paz
era paloma prisionera
en manos infantiles pintadas por Picasso.
*
Malditos sean por siempre
los que prenden la mecha de la guerra.
*
(Del libro “Mirar el arte en clave de poesía”
de Pablo Picasso)
PALOMA PRISIONERA
*
Tenía la muchacha
apenas estrenada la sonrisa,
el alba despuntando por su pecho
y un jardín inundado de verano
para esconder el beso primero de su boca.
*
Tenía
casi todo el camino por andar,
envuelta la existencia
en hermosos papeles de regalo,
y una llamita niña entibiando latidos
en donde el corazón madura
el sentimiento del amor.
Era la viva imagen del futuro,
subida en los primeros zapatos de tacón,
reciente su peinado de mujer,
y los labios granados por un rojo carmín.
*
Los pájaros, conversos en ceniza,
cayeron uno a uno,
y la gama de grises más completa
vino a ocupar los huecos de todas las ventanas.
*
Apenas pudo darle un sorbo
al licor dulce de la vida.
La muerte fue capricho de una bomba.
*
Aquel día la paz
era paloma prisionera
en manos infantiles pintadas por Picasso.
*
Malditos sean por siempre
los que prenden la mecha de la guerra.
*
(Del libro “Mirar el arte en clave de poesía”
LOS GUARDIANES DE LA ISLA
(Inspirado en el cuadro “Sueño causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada un segundo antes del despertar”, de Salvador Dalí)
LOS GUARDIANES DE LA ISLA
La diminuta abeja
batió sus alas transparentes
sobre una voladora
granada bien madura
y en ella desató
los cerrojos del reino de Morfeo.
La muchacha,
durmiente en el vacío,
se adentró en los azules corredores
de un mar
que de pura quietud
era inquietante.
Y de pronto una isla
emergió entre las aguas de su mente,
áureo peñón que la reclama
con destellos y voces submarinas.
El fusil del deseo
le inyectó su veneno brazo adentro
y le tensó el paisaje
desnudo de su cuerpo.
Quiso llegar hasta la roca
mas no halló
embarcación capaz
de hacer el tránsito marino.
Voceó reclamando el interés
del zancudo elefante, esperanzada
de atravesar las aguas
sobre su envergadura,
pero el blanco animal
le dijo en la distancia
que no era esa su misión
y había de entregar el obelisco
en la plaza de un sueño faraónico.
Se escarchó la granada
y expulsó de su cuerpo
un pez que cobijaba en sus agallas
a los tigres custodios de la isla.
Los rugientes felinos
se abalanzaron sobre la mujer,
dispuestos a guardar
las costas del islote,
pero ella ya bajaba la escalera
que lleva al despertar,
donde son otros los peligros.
(Del libro “Mirar el Arte en Clave de Poesía”
Beturia Ediciones- 2006)
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Mirar el Arte en Clave de Poesía
DALÍ, NIÑO MARINERO
(Inspirado en Salvador Dalí y su obra)
DALÍ, NIÑO MARINERO
BOCA DE LA
SABIDURÍA: El mar es una alfombra azul
con la que travesea un niño.
Sus manos de juguete levantan un extremo
y encuentran un crustáceo parlanchín.
LANGOSTA: ¡Oh!
¿Cómo te has atrevido a desplegar
la puerta de las aguas?
OLAS: Eso, eso, ¿cómo te has atrevido?
NIÑO: Yo tan sólo buscaba una barquita
para ser capitán.
OLAS: Pues buena la liaste. Por tu culpa
hemos perdido el equilibrio.
Casi, casi quedamos derramadas
en las baldosas de la vida.
LANGOSTA: Mi suerte está en tus manos, pequeñín.
NIÑO: ¿Y qué puedo hacer yo, marinerito
sin barco de papel, sin gaviota
que me cubra del sol?
LANGOSTA: Suelta el trozo de mar que no te pertenece
y ocúltame de nuevo.
NIÑO: ¿Qué es el mar?
BOCA DE LA
SABIDURÍA: El mar es una caja inmensa
que guarda en su interior
los misterios del agua y de la sal.
MAR: El mar soy yo,
el que acciona los hilos
que mueven las mareas.
NIÑO: Yo creía que usted era la alfombra
del cuarto de jugar,
la que tiene pintado el vaivén de las aguas
bajo un cielo sin nubes
y un vuelo de aves blancas.
MAR: No soy más que un anciano
añoso como el mundo, y debo recordarte
que estás tirando de mi espalda
y tengo la columna dolorida.
NIÑO: Perdóneme, señor, no quise hacerle daño.
Le suelto de inmediato.
MAR: Esta humedad me tiene machacado,
ya sabrás algún día
lo dañina que puede resultar
para los huesos.
LANGOSTA: No te olvides de mí.
Devuélveme al lugar donde me hallaste
para que no pueda encontrarme
Dalí con su apetito,
dispuesto a devorar toda mi cola.
NIÑO: No sé de quién me hablas pero, si es tu deseo,
bajo el manto del agua te esconderé de nuevo.
BOCA DE LA
SABIDURÍA: Dalí es una gran pompa de jabón
que lleva por bigotes dos cordeles
tan tiesos como rabos de ratones.
NIÑO: ¿Será él quien se acerca surfeando?
BOCA DE LA
SABIDURÍA: ¡Oh, sí, es el maestro, Dalí, el gran Dalí!
DALÍ: ¿Quién invoca mi nombre
en esta playa rosa del recuerdo?
BOCA DE LA
SABIDURÍA: Somos los que creaste,
oh, gran Dios
del pincel y la tela.
DALÍ: Rodando vengo desde Cadaqués,
siguiendo a una langosta pelirroja
que escapó disfrazada de teléfono
y es urgente que haga una llamada.
LANGOSTA: ¿Tan sólo una llamada?
¿Es que no me buscáis para comerme?
DALÍ: ¡Ah, bribona, por fin te encuentro!
¿Qué dices de comer?
¿Es que acaso algún padre
se come a su criatura?
LANGOSTA: Soy vuestro auricular,
marcad en mi teclado los números precisos.
DALÍ: Aló, aló...
NIÑO: Dígame.
DALÍ: Sé lo que has hecho,
pequeño marinero.
Aunque lo desconozcas, en tu piel va la mía
y tengo autoridad sobre tus actos.
NIÑO: Señor, lo que usted diga.
DALÍ: Quiero que vuelvas a la tela
antes de que la luz estalle
en los despertadores
y te encuentre perdido en un paisaje impropio
NIÑO: Los párpados me llevan de regreso.
BOCA DE LA
SABIDURÍA: Los relojes son flores
que despiertan al alba.
Las mujeres-campanas
voltean danzarinas
sus enaguas de bronce
donde los campanarios
son bosques de locura.
El niño, con sus libros
guardados en los picos de las aves,
se aleja calle abajo
intentando aferrarse
al tranvía de los sueños.
Juan Calderon Matador
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jueves, 21 de julio de 2011
El Circo
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